Actuacion de un medico en combate,Columna Trajana.
La muerte llegaba lentamente para
los heridos de los campos de batalla de la antigüedad. Las armas antiguas
raramente mataban con un único golpe. Los heridos por espadas o hachas sufrían
una terrible y lenta agonía ,a veces de horas, hasta que la perdida de sangre
llevaba al shock, mas tarde a convulsiones y finalmente, la inconsciencia que
llevaba a la muerte.
Y así siguió la situación de los
heridos en el campo de batalla hasta hace apenas siglo y medio. Con una excepción.
En el ejército romano, los heridos tenían una sorprendente posibilidad de sobrevivir.
El emperador Augusto estableció
el primer cuerpo profesional de médicos militares .Hasta entonces, la suerte de
los soldados heridos dependía de lo que cada uno de sus generales decidiera
hacer por ellos.Algunos,como Julio Cesar, tenían médicos que acompañaban a las
tropas en sus campañas. Otros no llevaban ningún médico, dejando a los heridos
al cuidado de sus camaradas.
Augusto pensaba que, para
mantener alta la moral de sus tropas, era conveniente que los soldados supieran
que si eran heridos, un competente grupo de médicos les aplicaría los cuidados
necesarios para tratar de salvar sus vidas.
Para atraer médicos a su ejército, Augusto paso a
conferir el staus de
équite y los derechos de ciudadanía completa a todo aquel medico que
quisiera enrolarse.Recibian los mismos beneficos monetarios y las mismas
cantidades de
tierra cuando llegaba su retiro del ejército, y estaban exentos de
algunos
impuestos.
Se preferían médicos que estuvieran
de acuerdo con el punto de vista griego de la práctica empírica de la medicina.
Y estos primeros médicos militares profesionales crearon la gran mayoría de
innovaciones médicas durante la roma imperial, innovaciones que más tarde
pasaban a la medicina civil.
Mas tarde, el ejército estableció
escuelas para formar médicos, que pasaron a publicar sus propios libros sobre
su especialidad.La difusión de estos libros o manuales conseguían extender
rápidamente el uso de las nuevas técnicas y tratamientos.
La sanidad militar romana se
basaba en una base muy firme: solo se permitía el ingreso en el ejército a reclutas
sanos. Los médicos pensaban que era muy importante minimizar las bajas por enfermedad,
tanto en tiempo de de paz como en guerra. Por eso ponian el énfasis en la
higiene : uso intensivo de cloacas y alcantarillas, suministro constante de
agua limpia y segura, una dieta saludable y variada, frecuentes inspecciones medicas,
aceites para protección solar y
repelentes de insectos, cremación de los cadáveres fuera de los muros del
campamento,etc
A esto se unía una insistencia en
la limpieza personal del soldado, de su ropa y su equipamiento. No es de
extrañar que, a pesar de los largos años de servicio del soldado romano, las
guerras y otras duras actividades, el soldado romano tuviera una expectativa de
vida 5 años superior a la del ciudadano romano no militar.
La más importante contribución de
la sanidad militar romana fue suministrar los primeros auxilios a los heridos
en el mismo campo de batalla. Tan importante era, que el jefe del servicio médico
era el praefectus castrorum (el prefecto del campo), que era el tercer oficial
en orden de importancia de una legion.El oficial medico (medicus primus) era un
medico entrenado que cumplía su servicio en la legión por un determinado periodo
de tiempo. Aunque hubo médicos que cumplieron el periodo normal de servicio en
la legion, que era de 25 años.
Estos médicos se especializaban
en diversas disciplinas, como la medicina interna, la oftalmología o la traumatología.
Y los cirujanos tenían la máxima consideración en el campo de batalla, seguidos
por los medici ordinarii, una especie de enfermeros que ayudaban a los médicos.
El capsarii era el encargado de preparar y llevar la bolsa del médico (capsa),
donde se guardaban el instrumental medico y los ungüentos que utilizaba el médico en el campo de batalla.
Tras aplicar los primeros
auxilios en el campo de batalla, se transportaba al herido al hospital de campaña,
cada legión disponía para ello de una unidad especial compuesta de carros,
caballos y camilleros.
La utilizacion por parte el
ejercito romano de estos hospitales de campaña y un destacamento de “ambulancias”
para transportar los heridos es el primer caso registrado del actual principio
medico militar de atención inmediata al herido.
Los médicos romanos también aplicaban
otro de esos principios actuales, la clasificación del herido según la gravedad
de sus heridas y la evacuación y tratamiento en primer lugar de los heridos más
graves.
Se trataba básicamente de curar rápidamente
a los heridos menos graves, para que volvieran al campo de batalla lo antes posible.
Se considera que el cuerpo médico militar romano conseguia salvar la vida del
70% de los heridos que llegaban al hospital, un ratio de supervivencia que no volvió
a conseguirse hasta la guerra ruso-japonesa de 1905.
Cada legion,unidad de caballería
o unidad auxiliar disponia de su grupo medico .Pero, a diferencia de los
soldados normales, que pasaban toda su vida militar en la misma unidad,los médicos
pasaban de una legión a otra, según fueran las necesidades del ejercito en una
u otra zona.
El único tratado medico de la antigüedad
que ha llegado completo a nuestros días es “De medicina”, de Aulo Cornelio Celso,
cirujano militar romano. En el se reune cada aspecto de la practica medica romana.
Esta obra desapareció de la vista durante cientos de años, y cuando volvió a aparecer,
a principios del siglo XV, se convirtió en el libro de cabecera de los médicos
del renacimiento europeo.
Los médicos romanos no tenían ningún
tipo de impedimento legal o religioso para practicar la disección de cadáveres.
Los cuerpos de gladiadores y criminales ejecutados aportaron a la medicina
romana un conocimiento sobre la anatomía romana mucho mayor al de otras civilizaciones de la misma época.
Por ejemplo, el conocimiento de
los médicos romanos del sistema circulatorio permitió otras innovaciones médicas,
como el torniquete hemoestatico para detener la pérdida masiva de sangre; y la
grapa quirúrgica para suturar arterias.
Estas nuevas técnicas permitieron
a los cirujanos detener hemorragias y evitar el shock, las primeras causas de
muerte en las batallas de la antigüedad.
También permitieron elevar la amputación
de miembros a la categoría de arte. El mismo Aelo Cornelio Celso fue el primero
en sugerir que el corte para la amputación debía realizarse en el tejido vivo y no en el tejido ya muerto, y
que debía utilizarse una lima para alisar el hueso antes de cerrar la herida.
Otro medico romano,Arquigenes,adquirio
gran fama al ser el primero en usar la ligadura de los vasos sanguíneos en las
amputaciones.
Los médicos militares romanos
utilizaban una gran variedad de sustancias y drogas para atenuar el dolor.Opio,
beleño (que contenía escopolamina) raíz de mandrágora (que contenía atropina),
etc, se utilizaba profusamente en los hospitales de campaña romanos, y siguió
utilizándose hasta la apariciondfe la anestesia general en 1846.
El instrumental médico utilizado
por los cirujanos era un reflejo de la innovación de la medicina romana. En la
capsa (bolsa) de cada medico militar romana se encontraban decenas de
instrumentos que, con las lógicas variaciones de material, se siguen utilizando
hoy en día.
Mochliskos, una palanca que se
utilizaba para volver a colocar un hueso en su sitio, antes de entablillar.
Spathumele: la parte ancha se utilizaba
para mezclar sustancias, y la parte estrecha para aplicar dicha sustancia a la
herida.
Ferrum candens: para cauterizar
heridas.
Ostagra: una pinzas que servían
para extraer trozos de hueso en fracturas por hundimiento de cráneo.
Hamus: escalpelos, de diferentes
tamaños.
Fibulae: una especie de clavos
quirurguicos,para cerrar las heridas.,etc
Desgraciadamrete, con el colapso
del imperio romano muchos de estos instrumentos se perdieron durante siglos.
Cuando un médico romano conseguía
evitar la hemorragia o el shock en un herido, el siguiente paso era prevenir las
infecciones. Hasta el final del siglo XIX, el ratio de mortalidad en los
hospitales debido a las infecciones era mayor al 50 % de los heridos
ingresados.
Celso dedico un capitulo
entero de su manual a las infecciones, y fue el primero en descubrir los
síntomas por los que se podía reconocer una infección “rubor et tumor cum
calore et dolore” (enrojecimiento e hinchazón, fiebre y dolor).
Para los médicos romanos, era
imprescindible limpiar el instrumental en agua hirviendo antes de utilizarlo
sobre un paciente. Esta buena costumbre también se perdió tras la caída del
imperio romano, y no volvió a utilizarse hasta finales del siglo XIX.
Las heridas se lavaban con
acetum,vino a punto de convertirse en vinagre, y con barbarum,un potente
compuesto de hierbas antisépticas, ideal para reducir infecciones en heridas
profundas.
Se limpiaba todo trazo de materia
extraña de la herida, con lo que se prevenía la aparición del tétanos y la
cangrena,y se cambiaban los vendajes con regularidad, utilizando vendas de lino
levemente mojadas en miel.
Muchas de las heridas sufridas
por los soldados romanos necesitaban un periodo de convalecencia.Durante las
campañas militares, antes de que se construyeran los campamentos permanentes,
los médicos romanos proveían estos periodos de convalecencia en tiendas dentro
del propio campamento provisional.
Cuando los campamentos provisionales
pasaban a ser permanentes, se construía el valetudinarium,el hospital militar permanente,
que estaba a cargo del optio
valetudinari,el oficial medico, que solo dependía del prefectus castrorum de
cada legión.
La estructura de estos
valetudinarium muestra un nivel de sofistificaiocn médica nunca visto hasta entonces,
y que no se volvió a ver en occidente hasta muchas centurias después.
La entrada se abría a un gran vestíbulo
iluminada por grandes ventanales, que se utilizaba como recepción y punto de clasificación
medica cuando se recibía un gran numero de heridos al mismo tiempo. A continuación,
y también perfectamente iluminado se encontraba la sala de operaciones, al lado
de otra pequeña habitación donde se esterilizaban los instrumentos a utilizar.
El lado este del hospital
contenía las cocinas y la despensa, que proporcionaban a los soldados
convalecientes las distintas dietas que debían seguir.
En el lado oeste se situaban los
baños,los vestidores y los lavaderos.Las habitaciones para los soldados convalecientes
estaban colocadas de manera muy similar a como están situadas en los modernos hospitales,
a lo largo de un ancho pasillo.
Pasillos más estrechos separaban
las habitaciones de los soldados de las otras estancias del hospital, aportando
más tranquilidad a las habitaciones y reduciendo el riesgo de contagio.
El techo del hospital estaba
diseñado para prestar suficiente ventilación y frescor, mientras que la calefacción
la aportaba un sistema subterráneo, muy similar al utilizado en las termas.
Cada hospital legionario estaba
preparado para acomodar sin problemas, en caso necesario, al 5% de una legión.
Y el mas famoso farmacéutico de la
época fue también un medico romano, Pedanio Dioscorides,autor de “De materia
medica” el más antiguo y completo compendio de hierbas medicinales y sustancias
químicas.
Sus trabajos fueron
extremadamente útiles durante un milenio, y en ellos se basa buena parte de la
ciencia médica de los siguientes siglos, como la ciencia medica musulmana, por
ejemplo.
La conquista e incorporación de
otros territorios al imperio romano permitió a los médicos militares romanos
incorporar nuevas técnicas, como las técnicas de cirugía hindúes o la
extracción de cataratas.
La medicina militar romana fue
tan exitosa no solo por el extraordinario nivel de sus médicos. Sin el genio
organizativo romano, que fue capaz de crear un servicio médico permanente,
entrenar adecuadamente un gran número de médicos y auxiliares capaces de aplicar
los primeros auxilios en el campo de batalla, la medicina militar romana habría
tenido mucho menor impacto en las tasas de supervivivencia del que tuvo.
El típico pragmatismo romano, sin
ningún tipo de restricción por motivos religiosos, consiguió llevar la medicina
militar a unos niveles de éxito nunca vistos en la época.
Pero ,trágicamente, con la caída
del imperio romano también cayo su gran legado medico, y occidente entro en una
larga era oscura, y los conocimientos de los médicos romanos no fueron
revelados de nuevo hasta la edad moderna.
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