El hormigón romano era mejor que el actual (y menos contaminante)
Fuente: elconfidencial.com | David Pérez| 7 de junio de 2013
Los restos de un antiguo dique romano sumergido en el mar Mediterráneo, en la bahía de Pozzuoli, cerca de Nápoles, ha proporcionado al equipo científico de la Universidad de Berkeley liderado por el profesor Paulo Monteiro (izquierda) las muestras que han permitido a los investigadores analizar, por primera vez, la composición del hormigón que usaba la extinta civilización en sus construcciones, un material que han comparado con el actual para extraer conclusiones significativas.
La primera, que se trataba de una mezcla mucho más resistente, con
altas condiciones para durar en el tiempo. Además, la forma en que los
romanos fabricaban su hormigón es mucho más ecológica que los procesos
mediante los cuales se fabrica en la actualidad el material, cuya base
principal es el cemento Portland.
Más allá de la curiosidad histórica del hallazgo, la investigación
supone un avance notable. La aplicación real del estudio podría mejorar
de forma significativa la calidad de uno de los materiales de
construcción por excelencia en la actualidad, y no sólo en términos de
su composición sino también en el ámbito ecológico. Según los datos
ofrecidos por los científicos en el comunicado mediante la que han difundido su investigación, el 7% de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera provienen de la fabricación de este tipo de cemento.
La bahía de Pozzuoli define la región noroeste de la bahía de
Nápoles. Las muestras de hormigón examinadas por los investigadores de
Berkeley proceden del antiguo puerto de Baiae, uno de los muchos sitios
submarinos de la región. Las líneas negras indican los bordes de
cráteres y las áreas rojas son cráteres volcánicos propiamente.
Una composición perfecta
El problema del cemento Portland, según los investigadores, es que
en su proceso de fabricación se libera una gran cantidad de dióxido de
carbono al calentarse a más de 1.400 grados centígrados -a través
de la quema de combustibles fósiles en la mayoría de los casos, aunque
las organizaciones ecologistas tratan de evitarlo- uno de los
principales componentes químicos de la mezcla, el carbonato de calcio.
Sin ir más lejos, el jueves se llevó a cabo una manifestación en sede
del Parlamento navarro contra la incineración en la planta de Cementos
Portland en la localidad de Olazti.
Las principales diferencias del hormigón romano, en cuanto se
refiere al proceso de combustión, es que su mezcla incluye una cantidad
menor de cal y requiere una menor cantidad de combustible, además a una
temperatura también inferior, rondando los 900 grados centígrados.
Núcleo taladrado de un mortero de cal con cenizas volcánicas
hidratadas procedente del antiguo puerto de Baiae, en la bahía de
Pozzuloi. Las partículas amarillentas son piedra pómez, los fragmentos
pétreos oscuros son lava, los elementos en gris son materiales
cristalinos volcánicos, y los puntos en blanco son cal. Se inserta una
pequeña imagen de microscopía electrónica de barrido de los cristales
especiales de Al-tobermorita que son clave para la superior calidad del
hormigón romano bajo el agua.
En lo referente a la mezcla, su ingrediente estrella -no secreto-,
que ya se utiliza hoy en día, aunque hasta ahora no se había podido
conocer su comportamiento a largo plazo, como en las estructuras romanas, son las rocas y cenizas volcánicas, cuyos resultados en las obras de ingeniería en contacto con el agua marina han sorprendido a los investigadores. De
hecho, ésa es la parte más relevante de su estudio: la reacción química
del hormigón romano en contacto con el mar crea una estructura de
enlaces de una gran resistencia.
En ese sentido, los científicos han destacado que las
construcciones modernas basadas en hormigón comienzan a dar señales de
desgaste a partir de los 50 años, y que están concebidas para durar
alrededor de un siglo y medio, un periodo que resulta ridículo en
comparación con algunas obras de ingeniería levantadas durante el
Imperio Romano, que han resistido miles de años de agresiones químicas,
en entornos "tan agresivos como los marinos", ha explicado la profesora Marie Jackson, parte integrante de la investigación.
Marie Jackson sostiene una muestra de hormigón hidráulico del siglo I a.C. procedente del puerto Santa Liberata, en la Toscana, Italia. (Foto de Sarah Yang)
Puzolana, el sustituto del cemento Portland
Históricamente, se considera a Marcus Vitruvius Pollio, autor del tratado sobre arquitectura De architectura libri decem,
como el padre del hormigón sobre el que se construyó el Imperio Romano.
Las obras de ingeniería civil de la civilización que dominó occidente
han trascendido la historia, convirtiéndose en ejemplo de admiración
para las generaciones posteriores. El hormigón también forma parte de
esa leyenda dorada. "Se trata de uno de los materiales de
construcción más duraderos, y no nació por accidente. El transporte era
básico para la estabilidad política, económica y militar, del Imperio
Romano, por lo que la construcción de puertos duraderos fue fundamental", añade la profesora Jackson.
Chris Brandon, del proyecto ROMACONS, recoge una muestra de
hormigón romano en la bahía de Pozzuoli, Italia. (Foto: D. Bartoli,
cortesía de J.P. Oleson)
En las recetas del propio Vitruvius, y también de Plinio el Viejo,
para fabricar el mejor hormigón, existen referencias a las cenizas
volcánicas abundantes en la región del golfo de Nápoles, cerca de la
localidad de Pozzuoli. El hecho de que no se trata de un componente
misterioso lo demuestra que se está utilizando en algunas mezclas
actuales, en sustitución parcial del cemento Portland.
El problema es que las cenizas volcánicas no abundan en el planeta, por lo que la vía romana no sería efectiva,
simplemente por la escasez de la materia prima, para sustituir la
exigente, en términos cuantitativos, producción actual de cemento
Portland. No obstante, los científicos han comprobado que el mineral de
nombre puzolana,
en este caso muy abundante en el mundo, posee propiedades similares a
las cenizas volcánicas. Según las estimaciones de los investigadores, su
utilización en los procesos de fabricación del hormigón podría cubrir el 40% de la demanda de cemento Portland en el mundo. No es casualidad que la principal fuente de financiación de esta investigación proceda de Arabia Saudita, donde existen grandes excedentes de puzolana.
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