Relieve conservado en Verona, que muestra a un comerciante de vino. |
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Este otro carro trasportaba agua "medicinal", como se identifica en el
texto que le acompaña (Salus Umeritana). Pátera de Otañes (Cantabria). |
Los graneles líquidos eran muy frecuentes en las carreteras romanas y se utilizaban carros como éste. |
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Los calesas de pasajeros eran uno de los vehículos más frecuentes en
las carreteras romanas. Tal era la excelencia del firme y la suavidad de
la rodada, que una madre podía llevar al bebe en brazos sin temor a un
traspiés, aun cuando los caballos fueran al galope. |
Las mayores velocidades las desarrollaban los vehículos ligeros. Estos,
eran usados por el Correo Imperial (cursus publicus) y por quienes
necesitaban desplazarse de forma rápida. Las paradas de postas
(mutationes) estatales eran usadas por los primeros y había otras
privadas para los particulares. Las carreras de bigas en los estadios, servían como bancos de pruebas para diseños, ejes y suspensiones. |
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Los carros de pasajeros más sofisticados, como la carruca dormitoria,
estaban dotados de verdaderas suspensiones (no amortiguaciones ni
ballestas), mediante gruesas correas de cuero. Esto hacía independiente a
la cabina de los movimientos del chasis y prácticamente insensible a
los golpes de los baches. |
Carruca dormitoria reconstruida en el museo de Colonia a partir de los restos metálicos encontrados en Tracia y Panonia. |
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Diligencia de transporte discreccional de viajeros en la Galia. |
En terreno llano, al contrario que en las zonas de montaña, las vías
romanas eran rectas. A la izquierda la vía romana de Astorga a León y a
la derecha de Astorga a Lancia, en los llanos del páramo leonés. En primer plano, a la izquierda, el puente medieval de Puente de Órbigo. |
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Alineación recta de la Vía Augusta en Castellón, cerca del arco de Cabanes. |
En las zonas de montaña los romanos construían las carreteras
desmontando las laderas, incluidas las de roca, para pasar el camino y
disminuir la pendiente lo más posible. En los últimos siglos, los carros dejaron la huella sobre el suelo desprovisto del firme original. |
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Algunos pasos de montaña se resolvían con túneles, como este llamado
Furlo (forulum), en la vía Flaminia, de época de Vespasiano. Sobre la
boca norte se ve el hueco de la lápida conmemorativa desaparecida. |
Túnel del Furlo. Interior. |
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En las mesetas y zonas llanas, las carreteras romanas solían
desarrollarse sobre terraplenes durante muchos kilómetros. Algunos de
ellos permanecen reconocibles hoy en día, a pesar de su deterioro. |
Terraplén de la vía romana de Flavióbriga a Veleia en las Merindades del norte de Burgos. |
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Terraplén de la vía romana llamada en el Itinerario de Italia a
Hispania cerca de Burgos. La excavación permite observar la composición
estructural de la vía romana, rematada en la parte superior con las
zahorras por donde rodaban los vehículos. Abajo, sección ideal de esta
carretera romana que se corresponde perfectamente con el arquetipo de
las vías romanas sobre terrenos blandos. |
Estructura del firme de la vía romana de Mérida a Salamanca, llegando a esta última capital, que se ve al fondo. Sobre la cimentación de piedras gruesas, se ven las zahorras de las capas de rodadura. |
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Algunos caminos, que persisten hoy en día en el trazado de las vías
romanas, dejan ver los bordillos de las capas inferiores por el desgaste
del tráfico. |
Sección estructural de la vía romana en los terrenos blandos del páramo
de Carraquinea. Abajo, dibujo de la sección constructiva de esta vía
romana. Vía romana entre Segisamunculum y Virovesca. |
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Vía romana de Clunia a Segisamone (Burgos). sección estructural del afirmado. |
Detalle de las sucesivas capas de zahorras que componen el afirmado de
una vía romana. abajo, la zona más oscura, es el terreno arcilloso
natural. Ribera de Navara. |
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Detalle de la estructura de la vía romana de Osma a Tiermes. |
Cuando las vías romanas son destruidas por la roturación, muchas veces
dejan una huella evidente resultante del contraste de los materiales
constructivos con el terreno natural. |
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Huella de la vía romana labrada entre Augustobriga y Numancia. |
Huella de la vía romana ente Salamanca y Villalazán, en el Duero (Ocelo
Duri). El hallazgo de esta vía, desmiente el trazado de la supuesta Vía
de la Plata que se promociona turísticamente entre Salamanca y Astorga. |
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Huella de la vía romana ente Salamanca y Villalazán.
Estas destrucciones son fruto del desconocimiento del valor del camino
que se rotura. Hasta hace nada, se identificaba erróneamente vía romana
con camino enlosado, y eso ha hecho más daño que la mala voluntad. |
Vía romana ente Salamanca y Villalazán. Sección estructural. Esta vía
discurre 15 kilómetros al oriente del trazado que se promociona pasando
por la capital de Zamora, que no es más que una simple cañada de
ganados. |
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Pequeñas tajeas acompañaban a las vías romanas en el cruce de los
arroyos para facilitar el drenaje transversal. Esta, está en una de las
vías de Augustadunum, Autum (Francia). Hoy, vía y otras estructuras han
sido devoradas por el bosque. |
Los arroyos y los ríos eran cruzados siempre mediante puentes. La
hidrodinámica fluvial de dos milenios ha eliminado casi todos, pero aun
nos quedan algunos, como éste, pequeño, reconstruido, pero aún bonito.
La Alcantarilla de Mérida. |
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Los miliarios eran los hitos señalizadores de las distancias en las
carreteras romanas. No siempre eran cilíndricos. Estos son llamados las
columnas de César, por aludir insistentemente a un tal Caesar en su
inscripción honorífica. Están "in situ", en la Vía Domitia, cerca de
Nîmes. |
Acumulación de miliarios en la misma milla. Cada uno hace honores a un
emperador. Lomo de la Plata. Garrovillas de Alconétar (Cáceres). |
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Los puertos de montaña tiene muchos problemas de identificación por el
constante movimiento de las laderas. En la mayoría de ellos no se
encuentra ya nada de la antigua vía romana. Tal vez por eso, casi todos
los pasos de montaña tienen caminos mal identificados, suponiendo que lo
bien conservado es antiguo, cuando debería ser síntoma de lo contrario.
Recientemente, se han encontrado, por fin, unos cuantos trozos de vía
romana en el paso pirenaico de Roncesvalles, el lugar de la mítica
batalla de Carlo Magno. Con ello, se pone definitivamente en entredicho
el camino que se suponía "romano" y que lleva a los peregrinos hacia
Santiago, innecesariamente, por lugares de la alta montaña. |
Identificación del paquete de gravas de uno de los tramos de vía romana
en Burguete. se observa la loma por donde discurre fosilizada en los
prados. |
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Uno de los cortes en la roca, tallados a pico, encontrados para el paso de la vía romana en el paso pirenaico de Roncesvalles. |
Solo estaban adoquinadas o enlosadas las calles de las ciudades, aunque
algunas se prolongaban bastante extramuros, con carácter urbano,
mientras duraba el cementerio. Conocidas son las de Pompeya, con apenas
doscientos metros de enlosado fuera de la ciudad, y por supuesto la vía
Apia, cuyo cementerio fue el más largo y monumentalizado del mundo
romano. La extrapolación de estos pocos casos a la supuesta
estructura de todas las vías romanas ha provocado que hasta la fecha no
se supiera nada de las verdaderas vías romanas. Aún hoy, los textos
universitarios, enseñan este concepto erróneo. Esta calle, extramuros, con tumbas a los lados, es de Sessa Aurunca, en Italia. |
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Artístico adoquinado en la ciudad de Ambrussum, oppidum junto a la Vía
Domitia. En estos adoquinados urbanos si que dejaban las huellas los
carros romanos. Aunque con un traqueteo incómodo, se veían obligados a
circular por ellos. |
Reconstrucción idealizada de la vía Apia. La densidad de monumentos
funerarios aconsejaba el tratamiento urbano hasta muy lejos. |
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Vía Prenestina antica con tratamiento urbano cerca de Santamaría Cavamonte. |
Vía Prenestina antica con tratamiento urbano en Santamaría Cavamonte.
La trinchera de la vía antigua fue ampliada para el trazado de la
carretera actual. Foto de Franco Cedrone. |
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Esto no es una calle de una ciudad romana, ni una vía romana. Es un
camino de mulas de principios del siglo XVIII con pendiente elevadas y
mal afirmado. Fue identificado como vía romana por la presencia de las
losas que aparecieron después de limpiar el camino (en origen se echaba
tierra para pasar los mulos). Camino del Besaya promocionado como una supuesta "vía del Portus Blendium". |
En España, y en buena parte de Europa, se promocionan como romanos casi
todos los caminos construidos entre los siglos XVI y XIX, sobre todo si
se observan piedras gruesas en la superficie, y aún más si no se
encuentra documentación que avale el momento constructivo. Uno de
los muchos caminos promocionados como "romanos", después de limpiar las
losas de la tierra que las cubría, es éste de la Capsacosta en el norte
de Gerona. | |
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Camino viejo del puerto de los Tornos, en Cantabria. Promocionado como
romano y como ruta de Carlos V. Sin embargo, acabó documentándose su
construcción a principios del siglo XIX. Finalmente, ni los romanos, ni Carlos V, habían pasado por él. |
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