lunes, 21 de mayo de 2012

El tiempo en Astérix y Obélix III. Expresiones

Terminamos la serie dedicada a Astérix centrándonos en las expresiones y palabras latinas relacionadas con el tiempo.

I. Frases latinas:


  • Carpe diemAprovecha el día” frase de Horacio en Odas, 1. 11. 8, en ella hace destaca la fugacidad del tiempo y por lo tanto la importancia de aprovechar cada momento de la vida.
Esta frase aparece sobre la mesa de Lucius Coquelus dueño de un próspero fabricante de ruedas en El escudo Arverno, pág. 35.


  • Diem perdidi, “he perdido el día”. Suetonio, en la Vida de los Doce Césares, 8,1 sobre la vida de Tito Flavio Vespasiano :
Recordando en una ocasión, mientras estaba cenando, que no había hecho ningún favor durante el día, pronunció estas palabras tan memorables y con tanta justicia celebradas:"Amigos míos he perdido el día".

  • O tempora, o mores!, "¡Oh tiempos, oh costumbres!", lamento de Cicerón en su Catilinaria I, 1.2, para reprochar a Catilina la corrupción de las costumbres y la pasividad del senado romano ante ellas.
Ambas frases aparecen en la página del álbum El escudo Arverno, pág 5, cuando un legionario que ha cogido el escudo de Vercingetórix lo pierde al apostarlo en el juego, y después al que lo gana le es arrebatado por un centurión abusón.


quem lapide illa dies candididore notat
el día que ella señala con una piedra blanca.
En esta viñeta del albúm La Odisea de Astérix, pág 45 la frase se refiere a un día negro, aciago que será señalado con una piedra negra.
Curiosamente encontramos la expresión casi correcta Albo notanda lapillo en Obélix y compañía pág 36 y lo extraño es que no la dice ningún personaje sino que aparece en un lateral de la viñeta debajo de la firma de Uderzo y Goscinny, en un plaquita con una M mayúscula. La razón la he encontrdo aquí y es que ésta es la página número mil (M) de los álbumes de Astérix y quisieron conmemorarlo con esta frase, como un día especial y por ello digno de ser señalado con una piedra blanca. La lástima es que tuvieron un error y la frase que aparece es albo notamba lapillo.
Un completo trabajo sobre las frases latinas en Astérix os enlazo aquí
II. Palabras relativas al tiempo:
-Nonas y calendas
Las nonas y calendas son fechas fijas del mes. Se llama calendas al primer día y nonas al día 5 ó 7 (en marzo, mayo, julio y octubre). En esta viñeta del álbum La cizaña, pág 6, leemos cómo los vecinos de una insula discuten entre ellos y uno le recrimina la otro las orgías que organiza cada calenda, es decir del día 1 de cada mes.
Ahora vemos su uso en el libro Astérix en Helvecia, pág 33. La frase debe entenderse como que cada mes hacían dos días de ejercicios militares, que eran el 1 y el 5 ó el 7.
Finalmente en Astérix y la cizaña pág. 6, Brutus se queja del tráfico los fines de calendas. Esta expresión los fines de calendas es incorrecta, dado que calendas es un día, no la semana, como parece significar aquí.


- Nombres de los meses:

Meses griegos En Astérix en los juegos olímpicos, pág 11, Panoramix explica que los juegos olímpicos se celebran en el mes de Hecatombeón que el primero de los meses del calendario griego
Meses romanos: En Obélix y compañía, pág 36, Cayo Coyuntural muestra una gráfica de las futuras ganancias generadas con la venta de menhires.

En el lateral aparecen de forma abreviada los nombres de los meses romanos, ya con Ianuarius y Februarius empezando el año pero antes de la reforma del calendario de Julio César pues el mes de Quintilis (quinto) todavía mantiene su nombre debido al lugar que ocupaba en al antiguo calendario romano que comenzaba en marzo en lugar de IULIUS por el que se cambió el 44 a. C.




Salutem plurimam!!

viernes, 11 de mayo de 2012

El tiempo en Astérix y Obélix II. Clepsidras.

Las clepsidras o «ladrones de agua», son relojes de agua que eran usados fundamentalmente por la noche o en días nublados. Las primeras clepsidras consistían básicamente en una vasija de barro llena de agua con un orificio en la base que permitía la salida del líquido de forma constante. En el bol estaban marcadas con líneas las distintas horas.

En la imagen se puede ver la recreación de la clepsidra que se conserva en el Museo del Ágora de Atenas. Tiene un canalón de arcilla con un tubo interno de bronce sobre la base. Sobre él hay un agujero que limita la cantidad de agua que el recipiente puede sostener. Éste está marcado con XX, una medida de capacidad de unos 6'4 litros, aproximadamente seis minutos. La inscripción dice que pertenece a la tribu de Antiochis.
En la antigua Grecia, la clepsidra se encontraba en el ágora, por eso recibe el nombre de «reloj del pueblo». Tenía un tanque central grande que se llenaba y, a medida que el agua iba drenando por el orificio en el fondo, su nivel de caída indicaba las horas de paso. El tanque lleno tardaba unas 17 horas en vaciarse.
Las clepsidras se fueron perfeccionando y se usaron profusamente
  • en los tribunales atenienses y romanos para controlar el tiempo asignado a cada orador.
Durante el tiempo que me ha sido dado por la clepsidra.
Dem. 1318,6
Las siete clepsidras que a grandes voces reclamabas, Ceciliano, te las ha concedido el juez a regañadientes. Pero tú hablas largo y tendido y, medio recostado, bebes agua tibia de unas botellas de vidrio. Para que sacies de una vez tu voz y tu sed, te rogamos, Ceciliano, que bebas ya de la clepsidra.
Marcial, V, XXXV
Parece ser que la séptima clepsidra que encontramos en este epigrama de Marcial es una excepción pues el tiempo establecido para la intervención del abogado de cada parte eran seis clepsidras, que, a unos 20 minutos cada una, serían aproximadamente unas dos horas.
  • También se usaron en el campo militar para las guardias nocturnas, que se dividían en cuatro vigilias de tres horas cada una.
Nosotros con nuestras preguntas nada pudimos averiguar de esto, sino que, por los relojes de agua observamos que las noches eran aquí más breves que en el continente.
César, Guerra de las Galias, V, 13, 4

  • El grado de perfección de las clepsidras se puede comprobar en el despertador que ideó Platón para hacer levantarse a sus alumnos de la Academia. Ante las discusiones que provocaba el levantarse por las mañanas entre los alumnos, Platón, combinó un sifón con la clepsidra, de manera que al llegar el agua al nivel máximo caía con fuerza sobre un recipiente cerrado del que el aire se escapaba produciendo un sonido muy agudo. Posteriormente Aristóteles colocó sobre el flotador de una clepsidra unas bolas. Cuando, al alba, el agua llegaba a su nivel máximo, estas caían sobre un recipiente de bronce. El estrépito causado por las bolas servía de despertador a los alumnos.
  • Signo de status social: durante los siglos I y II d. C., la fama de las clepsidras aumentó considerablemente y era signo de posición, riqueza y distinción, como nos recuerda Petronio en su novela Satiricón, cap 26

Trimalción, hombre muy exquisito tiene un reloj en el triclinio y un trompetero que le van anunciando las horas de vida que se le han escapado.
  • También Ctesibio, según Vitruvio en De Architectura, IX, 41, realizó relojes de agua muy refinados con sistemas de sonería para marcar las horas que podemos considerar antecedentes de los actuales relojes de cu-cú.

En los cómics de Ásterix encontramos varias veces la palabra clepsidra, reloj de agua, sin embargo la imagen que presentan es la del reloj de arena, excepto en Ásterix en la India, en la que añaden un comentario aclaratorio sobre la clepsidra.
El dibujo de esta clepsidra india, no parece casual sino más bien inspirado en el reloj-clepsidra elefante de Al-Jazari (siglo XII)
Los relojes de arena no están atestiguados en esta época, pues si buscamos pruebas documentales escritas o gráficas, constatamos que ni en la literatura de la antigüedad ni en los textos de los primeros cristianos hay ninguna mención al reloj de arena. Hay que llegar al siglo XIV para encontrar los relojes de arena en pinturas y escritos
En las aventuras de Astérix, aunque el dibujo no es el adecuado pues hablan de clepsidras, sí lo son sus usos. Como hemos visto antes las clepsidras de agua se usaban para:
  • organizar los turnos de palabra tanto en las asambleas políticas como en los juicios, para asegurar la equidad en el reparto del tiempo. En Astérix en El regalo del César encontramos este uso.En un debate político actúa como árbitro el bardo que usa el reloj de arena para distribuir los turnos de palabra de una manera bastante personal
  • los turnos de guardia nocturnos también se hacían con clepsidras

  • actuar como despertador


  • reloj con sonería:


En el próximo artículo repasaremos las palabras o expresiones latinas relativas al tiempo.
Hasta entonces

Salutem plurimam!!


sábado, 5 de mayo de 2012

El tiempo en Astérix y Obélix I. Jornada diaria. Relojes de sol


Astérix y Obélix de R. Goscinny y A. Uderzo son personajes que resultan simpáticos y nos permiten acercar desde un formato de cómic el mundo antiguo a nuestras clases. La calidad de los dibujos y guiones es incuestionable por lo que las posibilidades didácticas de los tebeos de Astérix y los cómics ambientados en el mundo clásico son muchas, prueba de ello son los trabajos publicados como Están Locos estos romanos I y II de Oscar García Sanz, Asterix y la historia real de Royen, René Van y Sunnyva Van Der Vegt, etc…
Los autores nos lanzan en muchos pasajes un guiño humorístico al jugar con aspectos antiguos y modernos conocidos por los lectores actuales pero impensables en el mundo clásico, por ejemplo el té de las cinco en Astérix en Bretaña o la preocupación por la puntualidad de los suizos y la calidad de sus relojes en Astérix en Helvecia. Este álbum nos interesa especialmente porque nos hemos centrado en los aspectos relativos al tiempo, en concreto en:
  • la jornada diaria
  • los instrumentos de medida de tiempo y su representación gráfica. Relojes de sol y clepsidras
  • las frases y palabras en latín
Hoy comenzamos con la jornada diaria y los relojes de sol.
I. Jornada diaria.
En el álbum La Residencia de los Dioses los romanos quieren construir una urbanización romana de lujo para rodear a los irreductibles galos. La publicidad de esta residencia se hace en el Circo Romano a través de un prospecto implegable que les dan al entrar, en el que se describe la jornada ideal de una familia romana. (páginas 28 y 29) desde el alba con el aseo personal y el ientaculum (desayuno), al prandium y la cena con las diferentes actividades del día, ir a las termas, visitar a los amigos...




Al alba, saludada por el canto del gallo galo, las matronas se alzan, al igual que sus maridos e hijos. Mientras el marido se entrega a los cuidados del tonsor (comprado allí mismo), la matrona da órdenes para que el ientaculum sea servido a los niños que se van a la escuela. Solamente después llamará a la adornista para confiarle su peinado, mientras mira como juguetean los jabalíes sobre el césped del parque.

En las escuelas de la Residencia de los Dioses, esclavos seleccionados se encargan de la educación de los niños. Esclavos que en las reuniones de padres y alumnos dan cuenta del trabajo de los escolares, lo cual permite dar de latigazos sea al alumno, sea al pedagogo, en caso de divergencia de opiniones. Mientras los niños están en la escuela, el marido va a su trabajo. Si trabaja en Roma, vueve al hogar cada seis semanas para pasar una buena noche.

Sola, y ya adornada, la matrona va a visitar a sus amigas con las cuales se reunirá para el prandium. Podrá ir seguidamente al centro comercial (en proyecto) donde encontrará de todo: desde alimentos y vestidos, hasta joyas y esclavos. ¿Tiene invitados y le hace falta un esclavo? ¡Pues va al mercado en seguida y se sirve ella misma!. Pero ya va a ser tiempo de preparar la cena, pues la familia no tardará en regresar.

Cuando el marido vuelve del trabajo, puede elegir entre las termas y el gimnasio con sus amigos o un paseo con su matrona por el parque (donde juguetean los jabalíes). Por la noche hay juegos en el circo (Gauliseo, en proyecto) o una pequeña orgia entre vecinos. Y ya no les quedará más que ir a dormir para esperar un nuevo día magnífico, ¡un día como sólo puede ofrecerle la residencia de los dioses!


II. Instrumentos de medida del tiempo y su representación gráfica.

Paseando por una de las calles llena de tabernae de relojes de arena, clepsidras y relojes de sol


1. Relojes de sol

El primer instrumento de medida del tiempo es el reloj de Sol. El más antiguo del que tenemos noticia es el «merkhet» un reloj egipcio del 1500 a. C., en la época de Tumotsis III, que se compone de dos listones de piedra, uno hacía de gnomon y en el otro estaban marcadas las líneas horarias.

Se sabe que los sumerios usaban un reloj de sol alrededor del siglo VI a. C., pero, es en Grecia donde los relojes de sol son estudiados en profundidad y donde el gnomon ya no se coloca verticalmente, sino paralelo al eje terrestre en un bloque de piedra vaciado en forma hemisférica. Este reloj recibe el nombre de σκάφη entre los griegos y hemispherium en Roma. El «scaphe» fue perfeccionado por Berosus el Caldeo, convirtiéndolo en el hemicyclium que fue muy popular en Roma.

Los relojes de sol que encontramos en las aventuras de Astérix son:

Se trata de relojes de sol verticales de pared del estilo del que encontramos en la Torre de los Vientos, también llamada Αερίδες. Es un monumento situado en el ágora de Atenas que fue construido por el astrónomo Andrónico de Cirro, aproximadamente siglo I a. C. La torre, de mármol pentélico, tiene planta octogonal, con estas dimensiones: 12,10 m. de altura, con 3,20 m. cada lado y una base de 8,36 m. de diámetro.
Reúne en un único edificio tres funciones diferentes: una clepsidra, ocho relojes de sol y una veleta. Tenía dos pórticos corintios y un anexo de forma cilíndrica en la cara sur que albergaba la cisterna de agua, necesaria para el funcionamiento de la clepsidra. La cubierta era de forma cónica y sobre ella había una veleta de bronce que representaba un tritón. Ni la cubierta ni la veleta se conservan. En cada una de sus 8 caras, todavía se pueden ver las figuras de los diferentes vientos cinceladas sobre el mármol y, debajo de cada figura, un gnomon y una serie de incisiones en las paredes, testimonios de que el edificio funcionó también como reloj de sol. Estos ocho relojes solares verticales del tipo mural son los únicos que se han mantenido desde la antigüedad, óptimamente conservados.
En las próximas semanas continuaremos con los demás apartados, es decir, con las clepsidras y expresiones latinas.