domingo, 5 de mayo de 2013

La Escritura en Roma



La Escritura en Roma



Texto en caligrafía capital, típica en las inscripciones monumentales.
Cuando nos imaginamos la escritura romana vemos en nuestra mente los maravillosos grabados en piedra, con letras mayúsculas grandes, una escritura limpia y clara que es fácil de leer. Incluso en las cómicas viñetas de Asterix y Obelix (que recomiendo leer como un bonito entretenimiento) representaban a los romanos siempre escribiendo en piedras, con letras rectas y claras. Esta bella escritura que decoraba frisos y altares por todo el territorio romano mola, pero… ¿y para tomar nota? Escribir esas letras supone un tiempo, que quizás no se tuviese, y había que preparar el material, establecer unas guías para no doblarse escribiendo, y marcar bien lo que se iba a escribir, que solo faltaba cometer alguna falta de ortografía o comerse letras. Ya hemos mencionado alguna vez que otra en La RomaPedia que los romanos y las romanas escribían en otros materiales y no solo en piedra (lo siento por los geniales Asterix y Obelix), como en tablillas enceradas (Tabulas ceratas) o en papiro. Pero el sentido de este artículo es ¿Y como era esa escritura?


Recreación de la mayúscula cursiva romana.
Empezamos por el origen; según parece el alfabeto latino es una adaptación del alfabeto etrusco (que a su vez es un préstamo del alfabeto griego, que a su vez parece ser de origen fenicio), del cual toma 21 de los 23 caracteres. La primera pieza que se entiende como latín propiamente dicho, muy arcaico , es la Inscripción de Duenos, del siglo VI a.C. Ese tipo de escritura, medio griego, medio latino, es la escritura y el latín que  hablaban los reyes de Roma y, quizás, los héroes dell principio de la República. Durante este periodo la escritura era algo exclusivo de las clases altas -como vimos en la Educación Romana-, la inmensa mayoría de la población en Roma era iletrada, por lo que la escritura tuvo una evolución lenta, al estar en manos de una élite que no veía la necesidad de desarrollarla. Solo la llegada de nuevos materiales de escritura, y una variación del contexto y las necesidades a la hora de escribir, permiten un desarrollo más o menos rápido del tipo de escritura. Por el camino se cae la letra “Z” y se inventa la letra “G”, para ir adaptándose y desechando los fonemas que las gentes del Lacio usaban. El desarrollo final del alfabeto como lo conocemos vino enmarcado dentro de la revolución cultural que supuso para Roma la conquista de Grecia; en el siglo II a.C. ya podemos hablar del alfabeto latino clásico, el que ha llegado a nosotros como las mayúsculas, con la introducción de la “Y” y la reintroducción de la “Z”. El alfabeto tiene 23 caracteres y todas pasarán al alfabeto castellano actual (que son 27 caracteres con la adición de las letras J, Ñ, U y X). Durante el gobierno de Claudio, este intentó introducir tres nuevas letras, las conocidas como letras Claudias, pero no tuvo mucha acogida.


Texto en mayúscula cursiva romana (prometo que eso es latín)
Pero volvamos al tema; hasta la época tardorrepublicana la escritura se mantenía en la tipología mayúscula, entendida como una escritura sin ligaduras, y muy recta. Pero para ganar tiempo escribiendo, los escribas empezaron a adoptar una nueva caligrafía, que vino a llamarse cursiva romana, que permitía un trazo más ágil y rápido y que era fácil de usar en materiales blandos (cera, barro, papiro…). En la imagen se observa que este tipo de escritura no se parece mucho a la que estamos acostumbrados a ver en los monumentos, ni es nuestra idea mental que tenemos de la época. Usada por todo tipo de personas, permitía la redacción más rápida. Durante el Imperio la evolución siguió y empieza a desarrollarse la escritura minúscula (esta es, con ligaduras). Sustituirá a la cursiva mayúscula con el tiempo, pues las ligaduras permiten no tener que levantar el utensilio de escritura, y con ello ganar velocidad.


Comparativa entre caligrafías; actual mayúscula, mayúscula cursiva romana (o antigua) y minúscula cursiva (o nueva).
Pero destaca la Escritura Uncial, cuyo esplendor serán los siglos III y VII, que marcará los primeros escritos cristianos y será la fuente principal de la que nacerán las escrituras medievales, y que es una respuesta al surgimiento de los nuevos materiales de escritura, como la pluma de ave, los cuales permiten nuevos movimientos, ángulos y trazados, que llevan a formas más redondeadas. Los cambios en la escritura, que aún hoy suceden, se suelen deber a variaciones en el contexto de la escritura, y el objetivo de la misma; las inscripciones en piedra de los grandes monumentos se mantuvieron inalteradas – en lo esencial – durante todo el periodo romano, mientras que la escritura en soportes blandos se adaptó a los nuevos tiempos. Es, como los actuales sms o twitter, que obligan a inventar contracciones y formas de escribir la misma cantidad de información en el limitado espacio. Y tal como hoy hacen algunos mayores de hoy en día, algunos romanos se oponían a esas formas de escribir. Os dejo un texto de una comedia de Plauto, sobre la escritura cursiva:

Calidorus: Toma estas letras, entonces entenderás qué miseria y  preocupación me está consumiendo.
Pseudolus: Lo hago por ti. Pero, ¿qué es esto?
Calidorus: ¿Qué pasa?
Pseudolus: En mi opinión, estas letras quieren tener hijos por sí mismos: unas se montan [sobre]  otras.
Calidorus: ¿Te ríes de mí?
Pseudolus: En serio, por Pollux, creo que a menos que la Sibila pueda leer estas cartas, nadie puede entenderlas.
Calidorus: ¿Por qué hablas con dureza acerca de estas encantadoras letras y las encantadoras tablas, escritas por una mano con encanto?
Pseudolus: Por Hércules, te lo ruego, ¿acaso tienen las gallinas manos? Porque solo una gallina puede escribir estas letras.


La Romapedia

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