miércoles, 30 de octubre de 2013

Aula Arqueológica de Aguilafuente: un paseo por la historia

Fragmento de mosaico localizado en la villa romana de
Aguilafuente.
El Aula Arqueológica de Aguilafuente es un espacio expositivo en el que se presenta la historia y características de la villa romana y la necrópolis romana de Santa Lucía, situada al sur del casco urbano de dicha localidad. En ella el visitante podrá conocer de primera mano las características más interesantes de una villa romana, junto con las costumbres de sus habitantes.
A diferencia de otros espacios expositivos similares, en el caso de Aguilafuente se cuenta con una ventaja de gran valor añadido, ya que el Aula Arqueológica se encuentra en el interior de la iglesia románica de San Juan Bautista, edificio del último tercio del siglo XI posteriormente reformado en el XV, que permanecía cerrada al culto desde 1843. Dicha iglesia ha sido rehabilitada en diversas fases durante los años 90 para poder albergar finalmente con total idoneidad el Aula Arqueológica de Aguilafuente y conseguir así un marco apropiado para la exposición a la vez que se dota de funcionalidad a un edificio religioso antes en ruinas.
El descubrimiento
El descubrimiento de los primeros mosaicos de la villa romana de Santa Lucía tuvo lugar en marzo de 1868. La noticia llega a la Real Academia de la Historia, quien envía a Carlos de Lecea a realizar un informe del hallazgo, documentándose restos romanos y medievales. Los primeros pertenecían a una villa romana y los segundos a una ermita conocida en primer lugar como San Mamés y posteriormente como Santa Lucía, nombre que en la actualidad conserva el paraje.
Mosaico de la villa romana de Aguilafuente.
Cien años después, en 1968, el yacimiento vuelve a salir a la luz gracias al programa de TVE “Misión Rescate”. Es entonces cuando llegan los profesores de la UAM Rosario Lucas y Vicente Viñas para realizar las excavaciones arqueológicas entre 1968 y 1972. En ellas aparece la pars urbana de una villa romana del siglo IV d. C., una necrópolis visigoda de finales del siglo VI y principios del VII, y los restos de un edificio religioso medieval que se correspondía con la ermita de Santa Lucía. Son muchos y muy valiosos los materiales que aparecen en estas campañas, que son interrumpidas indefinidamente por desacuerdos entre los directores de la excavación y la corporación municipal.
Una vez concluidas las excavaciones en el año 1972, el yacimiento de Santa Lucía es abandonado a su suerte. Con la villa romana a medio excavar los restos son víctima de la intemperie hasta el año 1993, que se produce una campaña de recuperación por parte de la Junta de Castilla y León. En ella se realiza una limpieza del área habitacional, se consolidan los muros y se cubren parte de los restos con malla geotextil y grava. Así se mantiene el yacimiento hasta nuestros días, cada vez más degradado por el tiempo y sus consecuencias.
Respecto a los materiales que aparecieron en las excavaciones sufren dos destinos muy diferentes: una parte se conserva en el Museo Provincial de Segovia y la otra se encuentra en manos del ayuntamiento de Aguilafuente. Este último crea con parte de ese material el Aula Arqueológica, que abre sus puertas el 26 de octubre de 2001.
El Aula Arqueológica
El Aula Arqueológica se encuentra estructurada en once secciones que van introduciendo al visitante en el mundo romano bajo imperial y el posterior periodo visigodo, todo ello aderezado con la utilización de medios audiovisuales, ordenadores, proyecciones y replicas de los objetos encontrados durante las campañas de excavación. Además se pueden contemplar los mosaicos romanos originales que se extrajeron de la villa durante las excavaciones.
Reproducción del fresco con caballos y las inscripciones
Eufrata y Tajus.
El recorrido comienza desde un imaginario túnel del tiempo que nos retrotrae a través de diferentes hitos históricos desde el siglo XXI hasta el IV. Tras este viaje temporal, entramos de lleno en el mundo de las villae rusticae, las villas rusticas romanas, grandes propiedades que poseían vastos latifundios agrícolas. Proliferaron desde el siglo I hasta el final del Imperio Romano, alcanzando su máximo apogeo en los siglos III y IV. Conoceremos como estaban decoradas, que características de ubicación eran las más usuales, incluyendo incluso pasajes de los tratadistas de arquitectura romana y agrónomos más conocidos, como Vitrubio o Columela. El visitante también tendrá información de primera mano sobre los talleres de artistas que se encargaban de la decoración musivaria y pictórica.
En la siguiente sección se habla de las técnicas de construcción romanas aplicadas a los edificios enclavados en zonas rusticas: qué materiales de edificación se utilizaban, de qué sistemas de confort dotaban a este tipo de vivienda, haciendo hincapié en la existencia dentro de la propia villa romana de Santa Lucia de sistemas de calefacción como el hipocaustum, del que aún quedan vestigios, conducciones de agua junto a depósitos de almacenamiento e, incluso, la presencia de una zona termal.
Dibujo perteneciente al material de apoyo del Aula
Árqueológica
Siguiendo nuestro recorrido subimos al coro restaurado de la Iglesia de San Juan y nos encontramos con la quinta sección en la que se nos explica el proceso de restauración y rehabilitación que ha experimentado el templo en los últimos años y además encontramos una maqueta a escala 1:50 de la villa romana en la que podemos visualizar de manera general todas las estancias de que constaba. Junto a ello se pueden observar diversas laminas que nos muestran imágenes y pormenores de ciertas partes de la villa.
La sexta sección se denomina “Los caminos interiores” y en ella el visitante encontrara una réplica de los únicos frescos de pintura que se hallaron en la villa, se trata de unos estucos que representan a un caballo y unas aves sin definir. Esto sirve de “excusa” para hablar sobre la pintura y la decoración en el mundo romano, profundizando en la creación de pintura al fresco y sus diversas técnicas.
Tras esto entramos en secciones monográficas dedicadas a los habitantes de la villa: trabajadores y familia del dominus. En la sección de los habitantes de la villa y los trabajos agrícolas se muestran, mediante un original sistema de armarios iluminados, las diferentes categorías de trabajadores que llevaban a cabo las diferentes labores de la villa: esclavos, libertos, colonos, artesanos, etc.
Por su parte la cabecera de la iglesia muestra la sección dedicada a los señores, sobre los mosaicos originales del oecus de la villa se ha creado una ambientación de una sala noble con triclinios, estucos, cerámica de lujo romana (terra sigillata), vidrio y cerámica común. Aquí podemos contemplar dos parejas de caballos que adornaban el centro del mosaico de esta estancia, incluso ha llegado hasta nosotros el nombre de dos de ellos: Tagvs y Evfrata (Tajo y Eufrates).
Maqueta de la villa romana de Aguilafuente.
La recta final de la parte dedicada al mundo romano se completa con una proyección multimedia que sirve de resumen a todo lo visto anteriormente. Tras ello se pasa a una reproducción a escala de un atrio y peristilo romano donde el visitante puede, si lo desea, enfundarse una túnica y una toga romana.
La visita finaliza con el paso a la última sección, la reproducción de una necrópolis visigoda que aprovecha lo que en la sala anterior era el peristilo de la villa romana. Bajo un ambiente sobrecogedor dotado de medios audiovisuales se nos introduce en los rituales de enterramiento del pueblo invasor germánico, señalando las características de sus tumbas y los ajuares que acompañaban a sus difuntos.
En esta sección el visitante concluye su visita y tiene la sensación de haber estado viviendo durante algo más de media hora en la antigüedad clásica, participando de ella como si fuera el protagonista de una película de romanos y, sobre todo, ha adquirido un conocimiento más profundo del periodo bajo imperial y su transición al mundo visigodo.

Autora
Laura Frías Alonso
 

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